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Imperio Antiguo de Egipto

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Antiguo Egipto
Dinastías y faraones
Periodo predinástico
Periodo protodinástico
Periodo arcaico: - II
Imperio Antiguo: III IV V VI
I PI: VII VIII IX X XI
Imperio Medio: XI XII
II PI: XIII XIV XV XVI XVII
Imperio Nuevo: XVIII XIX XX
III PI: XXI XXII XXIII XXIV XXV
Periodo tardío: XXVI XXVII
XXVIII XXIX XXX XXXI
Periodo Helenístico:
Macedónico . Ptolemaico
Periodo Romano

El Imperio Antiguo de Egipto, también llamado Reino Antiguo, es el período de la historia del Antiguo Egipto comprendido entre 2700 y 2200 a.C. Lo integran las dinastías III, IV, V y VI.[1]

El Imperio Antiguo forjó y consolidó el sistema político, cultural y religioso, surgido durante el periodo protodinástico, con la aparición de una monarquía cuyos rasgos más notables son la divinización absoluta del faraón (los egipcios creían que el faraón aseguraba las inundaciones anuales del Nilo que eran necesarias para sus cosechas) y un poder político fuertemente centralizado.

Esta época surge marcada por la influencia del faraón Dyeser, quien traslada la capital a Menfis y extiende el Imperio Egipcio por Nubia y el Sinaí. Aunque más importante que Dyeser fue su visir Imhotep, el arquitecto diseñador de la pirámide escalonada de Saqqara, sumo sacerdote de Ptah, posteriormente divinizado. También las grandes pirámides atribuidas a los faraones Keops, Kefrén y Micerino se datan en este periodo.

Tras el largo reinado del faraón Pepy II (94 años), y ante la debilidad del poder real, los nomarcas (gobernadores de los nomos) se hacen fuertes, y convierten sus cargos en hereditarios. Entonces Egipto pasó a un período histórico en el cual se descentralizó fuertemente el sistema político, siendo denominado por los historiadores primer período intermedio.
Historia del Imperio Antiguo

[editar] El Principio: III Dinastía

El primer faraón notable del Imperio Antiguo fue Djoser (2630-2611 a.C.), de la III Dinastía, que ordenó la construcción de una pirámide (la Pirámide Escalonada) en la necrópolis de Menfis, Saqqara. Una persona importante durante el reinado de Djoser era su visir, Imhotep. Fue en esta época que los antiguos Estados egipcios anteriormente independientes fueron sometidos a la autoridad del faraón. Posteriormente forzaron a los antiguos reyes de esos Estados a asumir el papel de gobernadores o de otra manera trabajar en la colección fiscal.

Durante este período, los egipcios creían que la naturaleza del tiempo era cíclica, y el faraón debía asegurar la estabilidad de aquellos ciclos. Ellos también se consideraban como una gente especialmente seleccionada, "como los únicos seres humanos verdaderos sobre la Tierra".

[editar] El Apogeo: IV Dinastía

El Imperio Antiguo y su poder real alcanzaron su cenit bajo la Dinastía IV, que comenzó con el faraón Seneferu (2613-2589 a.C.) Usando una masa mayor de piedras que cualquier otro faraón, él construyó 3 pirámides: una ahora pirámide derrumbada en Meidum, la Pirámide Inclinada en Dahshur, y la Pirámide Roja, en el norte de Dahshur.

Seneferu fue sucedido por su hijo, Keops (2589-2566 a.C.) quien construyó la Gran Pirámide de Giza. La literatura posterior egipcia lo describe como un tirano cruel, que impuso el trabajo forzado a sus súbditos para completar su pirámide. Después de la muerte de Keops es posible que surgieran disputas sucesorias entre sus hijos Dyedefra (2528-2520 a.C.) y Kefrén (2520-2494 a.C.) Éste último construyó la segunda pirámide y posiblemente la Gran Esfinge de Giza. Algunos investigadores han sugerido que la Esfinge pudo haber sido construida por Dyedefra como un monumento a Keops.

Los últimos reyes de la IV Dinastía fueron Micerino (2494-2472 a.C.), quien construyó la tercera mayor pirámide de Giza, Shepseskaf (2472-2467 a.C.) y Dyedefptah (2486-2484 a.C.)

[editar] Decadencia y colapso: V-VI Dinastías

La V Dinastía fue fundada por Userkaf (2465-2458 a.C.), quien inició las reformas que debilitaron el poder del faraón y al gobierno central. Los intereses de ampliación de Egipto a mercancías comerciales como el ébano, la mirra, el incienso, el oro, el cobre y otros metales útiles inspiraron a los antiguos egipcios para construir barcos convenientes para navegar por mar abierto.

Ellos negociaron con Líbano para obtener cedro y viajaron por el Mar Rojo hasta el Reino de Batea, ubicado en las actuales Etiopía y Somalia para obtener ébano, resinas de marfil y especias aromáticas. Los constructores de barcos de aquella época no usaban cabillas o sujetadores metálicos, pero confiaron en la cuerda para mantener sus barcos montados. Los tablones y la superestructura fuerte fueron atados y atados juntos.

Después de los reinados de Userkaf y Sahura, los nomarcas poderosos (gobernadores regionales) comenzaron guerras civiles entre sí, que fueron cada vez empeorando, minando la unidad y el gobierno enérgico y también causó hambrunas. Pero la autonomía regional y las guerras civiles no eran las únicas causas de esta disminución. Los proyectos masivos de edificación de la IV Dinastía habían excedido la capacidad del tesoro y la población y, por lo tanto, habían debilitado al Imperio en sus raíces.

El golpe final fue una sequía severa en la región que causó una disminución drástica de las lluvias entre 2200 y 2150 a.C., que a su vez evitó las inundaciones normales del Nilo. El resultado fue el colapso final del Imperio Antiguo después de las décadas de hambre y guerra. Una importante inscripción en la tumba de Ankhtifi, uno de los nomarcas, durante el temprano Primer Período Intermedio, describe el estado lamentable del país después de las hambrunas.

[editar] El faraón y su corte

El faraón era considerado oficialmente como un dios, heredero de los dioses que reinaron sobre la tierra,[2] custodio de la justicia y el orden universal "Maat". Era el único que podía tener varias esposas legítimas y otras secundarias (concubinas), madres de los futuros reyes, visires[3] generalmente, sumos sacerdotes en los templos de Ra, Tot y Min, con derecho a ser enterrados junto al faraón, en pirámides menores o mastabas propias.

[editar] La sociedad

Estela de Shespy. Museo de Alejandría

La necesidad de realizar grandes trabajos hidraúlicos que regulasen las crecidas del Nilo obligó a crear una estructura organizativa cada vez más compleja que fue el germen del Estado centralizado egipcio.

Los trabajos de drenaje e irrigación reclaman la cooperación de toda la comunidad, creando un vínculo económico que genera la solidaridad social ...que conduce a la unificación política de toda la región que depende de un mismo sistema fluvial.
V. G. Childe, 1934

La sociedad estaba jerarquizada en tres niveles:

  • Faraón: Depositario del derecho divino, se le atribuían todos los poderes por mediación de Horus.
  • Altos funcionarios y sumos sacerdotes.
  • Pueblo: Artesanos, campesinos, entre otros.

Aunque la idea de un faraón rico que sometía a los artesanos se encuentra muy extendida, no es del todo exacta. Los faraones regalaban una serie de derechos, estaba extendida la propiedad privada y había posibilidad de ascenso y hasta que los cargos se hiciesen hereditarios. El faraón era propietario de hombres y tierras, teológicamente, pero en realidad la propiedad privada era un derecho con garantías jurídicas y legales, garantizada por el Estado si estaba registrada, existiendo censos bianuales de bienes muebles e inmuebles:

He adquirido... mediante pago doscientas aruras de tierra... con buenas construcciones y bien equipada... Esto está escrito aquí de conformidad con el escrito real. Sus nombres están aquí de conformidad con el escrito real.
Autobiografía de Mechen. Daumas.

[editar] La población urbana

Se concentraba fundamentalmente en varias poblaciones del delta del Nilo y el valle del Nilo. Los núcleos urbanos eran el motor ideológico de Egipto. Allí se asentaba el comercio, las clases ricas y cultas. Se constituyeron en centros culturales y religiosos. La ciudad más importante de esta época fue Menfis, la capital.

[editar] La población rural

Era la base de la economía. Asentada en poblaciones menores, estaba compuesta fundamentalmente por agricultores, ganaderos y trabajadores libres que recibían un salario en especie. La existencia de mercados implicaba que también entre ellos estuviera extendida la propiedad privada.

[editar] La administración

El cargo más importante era el de visir, quien presidía la administración central, y era designado por el faraón. Disponía de su propio consejo: los jefes de misión. Presidía la corte de justicia como jefe de la Gran Casa de Justicia. También era el custodio de los archivos. Además dirigía la hacienda pública, que centralizaba los impuestos y los productos del campo, era el encargado de la agricultura y de la casa real.

En un rango inferior al de visir estaba el canciller del rey del Bajo Egipto, título que acabó siendo meramente honorífico; y el canciller del dios, encargado de las expediciones militares y comerciales. La justicia, prerrogativa real, disponía de un conjunto de leyes escritas (conocidas parcialmente por referencias), sin pena de muerte ni castigos cruentos. Era un derecho egipcio apelar en última instancia al rey.

El "ministerio" de cultura se ocupaba de dos asuntos: campos y ganados. Nace la figura del arrendatario de una propiedad real. Los escribas: Existía un archivo al que se llamaba Casa de Vida en el cual se reunían todos los documentos relativos al funcionamiento de la ciudad. Entre los escribas se encontraba el jefe de los secretos, que se ocupaba de las cuestiones religiosas.

La administración provincial estaba basada en la figura del nomarca: "el que abre los canales", que era responsable de la irrigación, del rendimiento agrícola, recaudar impuestos y fijar los límites de las propiedades después de la inundación anual. En esta época el número de nomos fue de 38 o 39 (Padró 2006 pag. 112).

[editar] Arquitectura

Pirámides de Giza. Litografía del s. XIX

Los monumentos de esta época muestran la inteligencia y capacidad organizativa de los arquitectos para construirlos, unida a la destreza y habilidad de los artesanos egipcios, y pone de manifiesto el alto grado de esplendor que alcanzó la civilización egipcia.

Los complejos funerarios del Imperio Antiguo, constituidos en piedra, formaban parte de un conjunto en el que se disponían, normalmente, la pirámide principal, el templo funerario junto a la pirámide, un templo del valle con un embarcadero, y un camino procesional que comunicaba estos edificios. Se complementaban con pirámides subsidiarias, barcos solares en fosos, capillas, almacenes, etc. Eran extraordinarios espacios arquitectónicos ideados para realizar solemnemente las ceremonias de enterramiento.

Los faraones de la Dinastía III iniciaron la construcción de pirámides en Saqqara, en la ribera opuesta de la nueva capital, Menfis. El sabio, y arquitecto Imhotep construyó para el faraón Dyeser (Zoser) (c. 2737-2717 a.C.) el complejo funerario de Saqqara, por primera vez totalmente ejecutado en piedra, constituido por una pirámide escalonada, y un conjunto de templos simbólicos intercomunicados mediante patios. La pirámide escalonada del faraón Dyeser es el edificio más antiguo conservado de arquitectura monumental; erigido a modo de 6 mastabas superpuestas, es considerado la primera fase del desarrollo de las pirámides, que sustituyeron a las mastabas como tumbas reales o cenotafios.

Los faraones de la IV Dinastía erigieron monumentales pirámides. Seneferu fue el artífice de 3 grandes pirámides, construyendo la primera pirámide clásica. Sus sucesores comenzaron el complejo funerario monumental de Giza. Keops erigió la Gran Pirámide, de 146 metros de altura, conformada por unos 2,5 millones de bloques de piedra, la única de las siete maravillas del mundo que ha perdurado. Kefrén construyó una pirámide, algo menor, y Micerino levantó la tercera gran pirámide de Giza, donde según la tradición fueron enterrados.

Los faraones de la Dinastía V erigieron en Saqqara complejos de pirámides más sencillos, peor ejecutados constructivamente, dedicando gran empeño en la erección de un nuevo tipo de edificios: los Templos Solares, reflejo de una nueva doctrina religiosa, la mística solar del clero de Heliópolis, abandonando las prácticas de los sacerdotes de Menfis.

[editar] Literatura

Textos de las Pirámides en la cámara sepulcral de Teti

Los textos que nos han llegado de este periodo se clasifican en varios tipos:

Los textos religiosos, son los más antiguos que se conocen de esta época, y tienen relación con el Más Allá, la Duat, la vida después de la muerte física, describiendo que deberá hacer el espíritu del faraón para conseguir la inmortalidad, el único egipcio que podía obtenerla.

Estos son los Textos de las Pirámides, un conjunto heterogéneo de himnos, conjuros y normas útiles, compilados por el clero menfita, para después de la muerte, en el viaje por la Duat, y grabados en el interior de las pirámides durante el Imperio Antiguo, aunque la procedencia de algunos textos sería predinástica, como el himno caníbal. Su evolución dará lugar a los Textos de los Sarcófagos, en el Imperio Medio, y el Libro de los Muertos, en el Imperio Nuevo.

Las lecciones sapienciales, textos pedagógicos con enseñanzas y consejos cívicos y morales, gestados en las Casas de Vida por los escribas, eran buenos ejemplos de retórica, como Las enseñanzas de Ptahhotep, Las enseñanzas para Kagemny, o Las enseñanzas de Hordyedef.

No estés orgulloso de tu saber, toma consejo tanto del ignorante como del sabio.
No se alcanzan los límites del arte y ningún artista posee la perfección total.
Una bella palabra está más escondida que la esmeralda, pero se la puede encontrar en la sirvienta que trabaja en el molino.
Las enseñanzas de Ptahhotep (Bresciani. Letteratura)

Los textos de carácter histórico, narrando acontecimientos e hitos de gran valor histórico, como la biografía de Neferseshemra, o los fragmentos de la Piedra de Palermo, con anales que incluyen reyes predinásticos. Los textos de carácter técnico, como los papiros, de carácter administrativo, hallados en los archivos del templo de Neferirkara, en Abusir. Se han encontrado también textos de teatro religioso, donde se escenificaban las aventuras del dios Horus.

[editar] Ciencia

Durante el Imperio Antiguo alcanzaron un desarrollo notable varias ciencias, tales como la aritmética y la geometría, por la necesidad de calcular correctamente las superficies de los campos, tras la inundación anual. También sabían calcular volúmenes, como el de la pirámide y el tronco de pirámide, problemas de imposible resolución sin una demostración racional previa. La construcción de los monumentos de esta época implica amplios conocimientos de estas ciencias. También la astronomía disfrutó de un avance significativo al organizar calendario solar relacionado con los movimientos estelares, que les permitió orientar las inmensas pirámides con gran precisión.

La mayor parte de los textos médicos de épocas posteriores están redactados en egipcio antiguo, como posibles copias de este periodo, indicando el gran nivel alcanzado en medicina durante el Imperio Antiguo. El papiro Edwin Smith es un buen manual quirúrgico con diagnósticos racionales y prácticas recomendaciones. Además, de esta época hay inscripciones citando a dentistas, ginecólogos, traumatólogos, cardiólogos, etc. La farmacopea también se desarrolló ámpliamente.

 

Primer periodo intermedio de Egipto

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Periodo arcaico: - II
Imperio Antiguo: III IV V VI
I PI: VII VIII IX X XI
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II PI: XIII XIV XV XVI XVII
Imperio Nuevo: XVIII XIX XX
III PI: XXI XXII XXIII XXIV XXV
Periodo tardío: XXVI XXVII
XXVIII XXIX XXX XXXI
Periodo Helenístico:
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Periodo Romano

El Primer Periodo Intermedio de la historia del Antiguo Egipto transcurre de c. 2175 a 2040 a. C. Es una época donde el poder está descentralizado y transcurre entre el Imperio Antiguo y el Imperio Medio. Comprende desde la Dinastía VII hasta medidos de la Dinastía XI, cuando Mentuhotep II reunificó el país bajo su mando (c. 2040 a. C.).

Algunos egiptólogos, consideran que las dinastías VII y VIII pertenecen al anterior periodo, el denominado Imperio Antiguo de Egipto.
El derrumbe del Imperio Antiguo

Durante el reinado de Pepy II, de la dinastía VI, la situación política se deterioró gravemente. La grandes concesiones económicas de los faraones al clero, los nomarcas y caciques locales, habían debilitado a la monarquía y sus instituciones.

Los grandes recursos destinados al clero, y en los enterramientos, produciría una situación de ruina; las riquezas se acumulaban en improductivos ajuares de tumbas y gastos de cultos funerarios; gran parte de los recursos del país se consumían en los templos.

Además, Egipto y su entorno sufrían un periodo de sequía, con una menor afluencia de aguas del río Nilo, provocando una situación de carestía y hambruna en el pueblo egipcio, y en las tribus nómadas del desierto, que las obligaba a buscar medios de subsistencia en las tierras fértiles del Delta. Esto precipita el derrumbe de la monarquía menfita; la anarquía, el hambre y la incertidumbre se adueñan del país y el Delta es ocupado por oleadas de asiáticos.

Fragmento pictórico hallado en los muros de la tumba de Anjtyfy.

En la tumba de Anjtyfy, un gobernante del nomo de Hieracómpolis, se describe la crítica situación que padecía el pueblo:

"He dado pan al hambriento y vestido al desnudo... no permití que nadie muriera de hambre en este nomo... he prestado cereal... algo que ciertamente no encontré que hubiera sido hecho por los gobernantes que me precedieron..."
Tumba de Anjtyfy[1]

Aunque los textos históricos son muy escasos, y parece existir un cierto caos político y social, que a veces resulta exagerado, no parece demostrada la ruptura generalizada con el anterior poder real.

[editar] La primera revolución documentada

Los Lamentos de Ipuur es uno de los escasos documentos conservados que describe ésta época de reyes desacreditados, invasión asiática del delta del Nilo, desórdenes revolucionarios, destrucción de archivos y tumbas reales, ateísmo y divulgación de secretos religiosos. Es la crónica del hundimiento del viejo orden:

"El rey ha sido expulsado por los miserables... Los mendigos se han convertido en dueños de los tesoros... Los ricos están de luto, los pobres de fiesta... En cada ciudad se dice: expulsemos a los poderosos que están entre nosotros..."
Lamentos de Ipuur[2]

[editar] Faraones

Los nombres de los faraones de la dinastía VII y la dinastía VIII están inscritos en la Lista Real de Abidos, aunque su reinado no debió durar más de diez años, y posiblemente sólo fuesen gobernantes de nombre, acogidos o asilados en la ciudad de Abidos, sede de la familia real. Estos monarcas, posiblemente pactaron con los líderes revolucionarios para poder reinar en Menfis. Apenas se conoce algo más de ellos.

Estela funeraria de Maaty y Dedari.

Los nombres de los faraones de la dinastía IX y la dinastía X están el Canon Real de Turín, pero se encuentra muy dañado en la parte correspondiente a este periodo y sólo se conservan, parcialmente, quince nombres.

[editar] Los nomarcas de Heracleópolis y Tebas

Actoes (Jety I), nomarca de la ciudad de Heracleópolis dio un golpe de estado y depuso al Neferirkara II, el último rey de Menfis; con él surge la dinastía IX, c. 2150 a. C., refuerza su poder sobre el Medio y Bajo Egipto, y consigue cierta estabilidad en estas tierras.

A su vez se dio un proceso similar en el sur, donde los nomarcas de Tebas establecieron su hegemonía sobre el Alto Egipto.

Durante la última etapa del periodo los gobernantes de estas dos ciudades, Tebas y Heracleópolis, mantuvieron constantes disputas, primero para obtener zonas de influencia, después para intentar controlar todo Egipto.

Hacia 2130 a. C. surge en Tebas la dinastía XI, cuyos líderes recrudecen la lucha contra los mandatarios de Heracleópolis. Mentuhotep II, de Tebas, cerca de 2040 a. C. conquista Heracleópolis, y unifica todo Egipto bajo su mando; es el comienzo del Imperio Medio de Egipto.

[editar] Literatura

Esta época destacó por su gran florecimiento literario, con textos doctrinales o didácticos, que muestran el gran cambio social. Destacan:

  • Las enseñanzas para Merykara, un tratado de gobierno repleto de sabios consejos.
  • Historia del campesino elocuente, es un hermoso relato literario, que se recrea con la elocuente narración, de un campesino afrentado.
  • Lamentaciones de Ipuur (Ipuwer), composición literaria atribuida a este periodo, narrando la pesimista sensación de un posible miembro de la nobleza, el príncipe Ipu, por la desaparición del añorado "viejo orden".

[editar] Religión

El importante cambio de mentalidad, como consecuencia de la menor dependencia del estado, así como del crecimiento de la clases medias en las ciudades y el encumbramiento de la burguesía originó una nueva concepción de las creencias, la religión y los rituales funerarios, reflejándose en la aparición de los denominados Textos de los Sarcófagos, generalizados durante el periodo posterior.

Osiris, considerado antes sólo un dios funerario real, se convirtió en la divinidad más popular, siendo accesible a todos. También destacaron los dioses tebanos Montu y Amón, que alcanzó la supremacía religiosa tras la caída de la Dinastía X.

Durante este periodo los poderosos se enterraba en mastabas e hipogeos hermosamente decorados y varios reyes se hicieron construir cenotafios en Abidos.
 

Imperio Medio de Egipto

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Dinastías y faraones
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Periodo protodinástico
Periodo arcaico: - II
Imperio Antiguo: III IV V VI
I PI: VII VIII IX X XI
Imperio Medio: XI XII
II PI: XIII XIV XV XVI XVII
Imperio Nuevo: XVIII XIX XX
III PI: XXI XXII XXIII XXIV XXV
Periodo tardío: XXVI XXVII
XXVIII XXIX XXX XXXI
Periodo Helenístico:
Macedónico . Ptolemaico
Periodo Romano

El Imperio Medio, también llamado Reino Medio (c. 2040 - 1795 a. C.) se inicia con la reunificación de Egipto bajo Mentuhotep II, a mediados de la dinastía XI, dando fin al denominado primer periodo intermedio de Egipto. Está época comprende la segunda parte de la dinastía XI y la dinastía XII.[1] Le siguió el segundo periodo intermedio de Egipto.
Mentuhotep II: el primer intento de sometimiento de los nomarcas

Antiguo Egipto, Imperios Antiguo y Medio.

A pesar de la unificación, bajo los gobernantes tebanos, los nomarcas seguían teniendo bastante poder dentro de sus tierras en los comienzos del periodo. El primer objetivo de Mentuhotep, después de conquistada la ciudad de Heracleópolis, fue lograr la dominación efectiva en todo el reino. Para ello realizó una serie de intervenciones políticas en los nomos, deponiendo a gobernadores desleales o rebeldes, reemplazándolos por hombres fieles, directamente designados por el faraón, o asegurándose la sumisión de otros, sin destituirlos, y premiando a los adictos. Subordinó el nomo de Heracleóplis (rival de Tebas durante el periodo intermedio) al de la ciudad vecina de Heliópolis, antiguo centro religioso.

También impuso presencia militar y organizó el sistema administrativo: restituyó a los inspectores reales (especialmente en Heracleópolis) y al cargo de Chaty (primer ministro), y nombró gobernadores directos en el Bajo Egipto, en el desierto oriental y en la frontera con Nubia. A pesar de todo, en muchos nomos, principalmente del Egipto Medio, solo logró establecer un sistema de tipo casi feudal, es decir, de simple lazo de fidelidad nomarca-faraón, sin un gobierno central directo, además el rey era asesorado por el llamado Consejo de Grandes; todo esto hacía imposible un verdadero poder absoluto, como el del Imperio Antiguo, no lográndose tampoco una dominación plena. Mentuhotep intentó dar la imagen de rey de todo Egipto, como entidad política y cultural, mediante la adopción de símbolos del Imperio Antiguo, como considerarse hijo de Ra. En cuanto a su actividad militar, centró sus campañas en Nubia, con el objetivo de restablecer la rutas comerciales y la explotación minera. El otro foco de atención exterior fue reforzar las fronteras del delta del Nilo para impedir infiltraciones de pueblos nómadas.

[editar] Amenemhat I: el proceso de centralización

La dinastía XI desapareció después de una sucesión de reyes débiles, desatándose una crisis sucesoria. El chaty Amenemhat, originario del Alto Egipto, logró finalmente imponerse tras derrotar a un pretendiente al trono surgido en la región de Nubia. Amenemhat I (1991-1962 a. C.) justificó su ascensión mediante la denominada Profecía de Neferti:

"Entonces un rey vendrá del sur, Ameny de nombre, hijo de la mujer de Ta-Seti, hijo del Alto Egipto".[2]

Amenemhat I reforzó activamente el centralismo monárquico, tanto modificando la extensión de los nomos y deponiendo nomarcas a su antojo, como modificando o suprimiendo las antiguas instituciones políticas y judiciales en las que tenía cabida la nobleza. Se trasladó la capital de Tebas a Itytauy, próxima a El Lisht, en el Egipto Medio. Esto le permitió imponer un gobernador no hereditario en Tebas, la capital de la anterior dinastía, y contener las ambiciones de la nobleza del Alto Egipto y del clero de Amón en Tebas.

Amenemhat I, en su año 20º de reinado, nombró corregente a su hijo Sesostris I (Senusert), para evitar problemas sucesorios y que el relevo de mando fuera paulatino. Así se estableció la pauta de sucesión seguida por la dinastía. De todos modos el final del reinado de Amenemhat I fue violento, ya que murió asesinado por una conspiración del harén. No obstante Sesostris I, que se encontraba combatiendo contra los libios, se impuso y la línea dinástica no se interrumpió. Este hecho sería inspiración de varias obras: Instrucciones de Amenemhat I a su hijo Senusert I (análisis político) y El relato de Sinuhé, obra culmen de la literatura egipcia.

[editar] Kush (Nubia)

La actividad militar exterior comenzó a desarrollarse plenamente hacia el final del reinado de Amenemhat I (durante la corregencia de su hijo Sesostris I), una vez apaciguados los conflictos internos. En Kush se realizaban campañas periódicas en las que se tomaban los enclaves de acceso a las minas de oro, cobre y piedra (alabastro, diorita) estableciéndose guarniciones militares permanentes y colonias egipcias, iniciándose así el proceso de penetración cultural. El faraón más activo en cuanto a la expansión hacia Kush fue Sesostris I (1962-1928), alcanzando la tercera catarata. La principal fortaleza y guarnición se construyó en Buhen, a la altura de la segunda catarata. Sesostris III (1878-1842) a su vez dirigió activamente la construcción de fortalezas. La provincia de Kush dependía del gobernador de Siena, esto en el punto más austral del Alto Egipto. Más tarde, a raíz de las reformas administrativas de Sesostris III, Kush dependería de un visir propio.

[editar] El Fayum

El Fayum es el nombre moderno de un lago que surge al oeste del río Nilo a partir de uno de sus brazos. Sus nombres egipcios eran Mer-Uer (traducido al griego como Moeris) y Sha-resy. Uno de lo principales objetivos económicos de la dinastía XII fue potenciar su rendimiento agrícola. Ya el traslado de la capital a Itytauy, bajo Amenemhat I, refleja el especial interés por la región, y desde Sesostrist I (c. 1962-1928) hay constancia de la expansión agrícola, paralelamente a la realización de obras de regadío y regulación de las aguas, y a la construcción de nuevas ciudades. Gracias a las obras de riego alcanzó gran desarrollo el cultivo de trigo, lino y vid;[3] también destacaba la explotación pesquera. El más ambicioso proyecto de irrigación data del reinado de Sesostris II (c. 1895-1878), que incluía un dique con esclusas para el drenaje, y actividad urbanística. El proyecto hidráulico sería finalizado durante el reinado de Amenemhat III (Amenemes III) (c. 1842-1797). Este último es el más próspero de la dinastía XII, debido en gran parte a las grandes inundaciones que se registraron en él. La principal ciudad de El Fayum era Cocodrilópolis (nombre griego) o Per-Sebek (nombre egipcio; ambos significan Ciudad del Cocodrilo). Era el principal centro de culto a Sobek, el dios cocodrilo; de hecho el lago poseía una importante cantidad de cocodrilos. El especial interés de Amenemhat III por esta zona se vio reflejado en la construcción de su propio complejo funerario (muy admirado por los griegos, y conocido por ellos como El Laberinto) no muy lejos de la zona, o en la erección de dos estatuas suyas a la entrada del canal que unía el lago con el Nilo.

[editar] Características culturales y artísticas

Estatuilla de Iby-ref: nomarca del Imperio Medio.

La principal característica del Imperio Medio, contrastando con periodos anteriores, fue que a pesar del centralismo político, se observa en las expresiones artísticas, una tendencia hacia una representación "humanizada" de la realeza. El arte del Imperio Medio se caracteriza por el mayor realismo en general, y en particular en los retratos, y este mismo criterio lo imitó la nobleza egipcia.

[editar] Cambios religiosos

En la religión, se observa el gran ascenso de los dioses de Tebas, la nueva capital, en particular Amón. Cada ciudad tenía una triada de dioses (en general una triada divina consta de un padre, una madre y un hijo); en el caso de Tebas eran Amón, Mut y Jonsu. Amón se convirtió en dios protector de la monarquía y del Estado, adquiriendo gran influencia los sumos sacerdotes de Amón.

[editar] Actividad comercial

Destaca la relación con los dos centros comerciales más importantes del Mediterráneo Oriental: la isla de Creta (en la actual Grecia) y la ciudad de Biblos (en el actual Líbano). Creta era la principal potencia naval de la época, y su principal producción era la cerámica, muy estimada en Egipto. Biblos, abastecía de madera a Egipto, y su relación oscilaba entre la alianza comercial y el vasallaje. De hecho Sesostris III (1878-1842 a. C.) realizó campañas militares contra Biblos, permitiendo el establecimiento de la hegemonía egipcia en la región.

Otro de los principales frentes comerciales era el mar Rojo; el principal cliente era Punt (identificado con la actual Somalia), país productor de incienso, que llegaba a Egipto a través de los puertos del mar Rojo. En el reinado de Sesostris I (c. 1962-1928 a. C.) se construyó un canal que unía el mar Rojo con uno de los brazos del Nilo, posibilitándose la conexión entre los mares Rojo y Mediterráneo.

También se promovió la actividad comercial con Kush, aunque el principal interés de los egipcios era su explotación minera.

El reinado de Amenemhat II (c. 1928-1895 a. C.) es considerado el más próspero en cuanto a comercio internacional de la dinastía XII.
 

Segundo periodo intermedio de Egipto

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Periodo arcaico: - II
Imperio Antiguo: III IV V VI
I PI: VII VIII IX X XI
Imperio Medio: XI XII
II PI: XIII XIV XV XVI XVII
Imperio Nuevo: XVIII XIX XX
III PI: XXI XXII XXIII XXIV XXV
Periodo tardío: XXVI XXVII
XXVIII XXIX XXX XXXI
Periodo Helenístico:
Macedónico. Ptolemaico
Periodo Romano

El segundo período intermedio del antiguo Egipto (c. 1800 a. C. a 1550 a. C.) transcurre entre el Imperio Medio y el Imperio Nuevo. Comprende las dinastías XIII, XIV, XV, XVI y parte de la dinastía XVII,[1] parcialmente coetáneas. Fue una época en que el poder no estuvo bajo un solo faraón y se caracteriza porque hicieron su aparición en Egipto los hicsos, cuyos reyes integran las dinastías XV y XVI.

La dinastía XII egipcia acabó alrededor de 1800 a. C., y le siguió la dinastía XIII, de dirigentes mucho más débiles. Gobernado desde Ity-tauy, situada cerca de Menfis y el El-Lisht, al sur del delta de Nilo, la dinastía XIII se mostró incapaz de dominar la extensa tierra de Egipto, y los gobernantes de la región de Xois, localizada en los pantanos del delta occidental, se independizaron de la autoridad central para constituir la dinastía XIV. La fragmentación del poder se aceleró después del reinado del rey Neferhotep I, de la dinastía XIII.
Llegada de pueblos extranjeros

Antiguo Egipto, el Imperio Medio y los hicsos.

Desde la dinastía XII se evidencian oleadas de pueblos nómadas de la periferia, especialmente libios y asiáticos. Anteriormente algunos libios habían sido aceptados en el territorio egipcio, para realizar trabajos de agricultura o minería. Estos pueblos, debido a los cambios climáticos y a la inestabilidad política egipcia, se adentraron en el valle del Nilo, para aprovechar su fertilidad. Otros, debido a las guerras civiles entre los nomos, se alistaron como mercenarios auxiliares del ejército.

[editar] Los hicsos

Los pueblos que entraron en en el territorio Egipcio son llamados "hicsos" y su periodo de dominio sobre el delta es dividido en el de "los grandes hicsos" (que lograron mantener su hegemonía sobre los nomos más poderosos) y el de los "pequeños hicsos" (que perdieron poder frente a Hieracómpolis para caer finalmente frente a Tebas, que se erigió victoriosa en la lucha Tebas-Hieracómpolis)

Fue durante el reinado de su hermano y sucesor, Sebekhotep IV, cuando los hicsos hicieron su primera aparición, y alrededor de 1720 a. C. tomaron el control del territorio de Avaris (el moderno Tell ed-Daba-Jatana), a pocos kilómetros de Qantir. Un resumen de la tradición popular de la "invasión" de la tierra por los hicsos se preservó en la Aegyptiaca de Manetón, un sacerdote egipcio que escribió en tiempos de Ptolomeo II. Manetón relató que durante el reinado de Tutimeos (identificado posiblemente con Dedumes, de la dinastía XIII) los hicsos invadieron Egipto, dirigidos por Salitis, el fundador de la dinastía XV. A esta dinastía le sucedió un grupo de príncipes hicsos y caciques, que gobernaron en el Delta oriental mediante vasallos egipcios locales, que son conocidos fundamentalmente por los escarabeos inscritos con sus nombres, llamada la dinastía XVI por Manetón.

Los reyes posteriores a la dinastía XIII parecen ser sólo monarcas efímeros bajo el control de un poderoso grupo de visires, y se ha sugerido que la realeza en este período evidentemente no pudo haber sido hereditaria sino adquirida por nombramiento. Un monarca tardío de la dinastía, Uahibra Ibiau, pudo haber sido un visir anterior. Al principio del reinado de Sebekhotep IV, el poder de esta dinastía, ya muy débil, declinó. El rey posterior Merneferra Ay (que gobernó c. 1700 a. C.) parece haber sido un simple vasallo de los príncipes hicsos; sus sucesores mantuvieron su cargo hasta c. 1633 a. C.

Sebek-hotep V
Altes Museum de Berlin.

En la época en que Menfis cayó bajo dominio hicso, los egipcios que gobernaban en Tebas declararon la independencia respecto de la dinastía afincada en Ity-tauy y Manetón les denominó la dinastía XVII. Esta dinastía debía representar la "salvación de Egipto" y dirigir finalmente la "guerra de liberación" contra los hicsos. Los dos últimos reyes de esta dinastía fueron Taa II y el valeroso Kamose, a quién la tradición atribuyó la derrota final de los gobernantes hicsos. Con la siguiente dinastía XVIII comienza el Imperio Nuevo.
 

 
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